Cómo se evalúa el TDAH

Algunas fuentes datan  entre un 5 y un 10 % de los niños de España en edad escolar aquellos que padecen Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).  Bajo esta denominación se agrupan una serie de comportamientos  que normalmente conocemos  como hiperactividad: aunque cuando se habla  clínicamente del TDAH, se hace referencia a un conjunto de síntomas hetereogéneos y de pronóstico variable, generalmente un niño se califica como hiperactivo cuando se detecta la presencia de tres síntomas característicos tales como dificultad para mantener la atención, alta actividad motriz e impulsividad.

Sin embargo, las distintas clasificaciones diagnósticas que se utilizan habitualmente en la 
actividad clínica profesional no coinciden en los síntomas ni en el valor de éstos: por ejemplo, el DSM-IV Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, de la APA (American Psychiatric Association, Asociación Americana de Psiquiatría), considera como síntomas fundamentales del TDAH los mencionados anteriormente; en cambio la CIE-10, Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el déficit de atención y la alta actividad motriz como característicos de la hiperactividad, pero no tanto la impulsividad. 
En nuestro caso, asumimos que este trastorno en su propia complejidad hace necesario la intervención de varias especialidades profesionales para su identificación, valoración y tratamiento; así como de distintas pruebas que, sobre todo, descarten lo más posible la posibilidad de que estemos conceptuando como TDAH otros trastornos, dificultades o problemas adaptativos y/o evolutivos.Por ello, entendemos que una evaluación psicopedagógica de los procesos cognitivos y estilos de aprendizaje en estos alumnos, así como la evaluación de las funciones atencionales y las funciones ejecutivas por parte de un neurólogo en alumnos con sintomatología compatible con el diagnóstico de TDAH, constituye el estudio básico para discriminar la intervención a ofrecer y poder hacer un seguimiento evolutivo a corto y medio plazo de los mismos.  
Dado que en la actualidad no existen pruebas con marcadores biológicos que nos indiquen la existencia de TDAH, para llevar a cabo su evaluación deberemos atenernos a un protocolo que tenga en cuenta:
  • Criterios diagnósticos propuestos por los grupos de expertos internacionales agrupados en el DSM-IV y en el CIE-10.
  • Descartar otros trastornos, como hipoacusia, capacidad intelectual comprometida, autismo, desórdenes emocionales como ansiedad, etc.
  • La presencia de los síntomas por lo menos por 6 meses. Algunos incluso antes de los 6 años de edad. Presencia de los mismos en al menos 2 ambientes cotidianos diferentes.
  • Entrevista con padres y profesores que observe al menos los siguientes aspectos:  antecedentes vinculados con la hiperactividad, por ejemplo trastornos del sueño, inquietud de pequeño, bajo peso al nacer, familiares con el mismo cuadro, etc.; ajuste de la conducta a los criterios diagnósticos; rendimiento académico; aspectos adaptativos sociofamiliares y educativos.
  • Evaluación de los factores asociados a la inteligencia (razonamiento,abstracción,categorización y clasificación,velocidad de procesamiento…),la personalidad, la memoria (auditiva y visual) y el estilo cognitivo (reflexividad-impulsividad); así como los procesos involucrados en la lectoescritura
  • Evaluación de los procesos atencionalesatención sostenida, asociada con capacidad de control motor o inhibición de la respuesta;  capacidad de reacción o estado de alerta auditivo y visual;  atención selectiva o discriminación atencional y  resistencia a la interferencia o distractibilidad.
  • Evaluación de las funciones ejecutivas: planificación, organización,memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva y nivel de perseveración, resolución de problemas. Los déficit en las funciones ejecutivas no son exclusivos del TDAH, sino que pueden  presentarse en una amplia variedad de trastornos neuropsicológicos, como por ejemplo: traumatismos cerebrales, epilepsia,síndrome alcohólico fetal, síndromes como la enfermedad de Wilson o el X-frágil, trastornos del desarrollo,trastornos de conducta,etc. Por ello, conviene ser prudentes complementando las pruebas realizadas en este sentido con el más amplio rango de información posible. 
  • Pruebas objetivas de carácter neurológico, indicadas por un doctor de esta especialidad, que suelen comenzar por un examen clínico-neurológico (en la búsqueda de signos menores como la impersistencia motriz, dificultades de la coordinación motora,sincinesias, equilibrio, tono muscular, reflejos asimétricos, etc.), además de un EEG (electroencefalograma) en búsqueda de alteraciones bioeléctricas y/o de dominio de la actividad lenta THETA, luego la realización de potenciales cognitivos como la P-300, y puede que la realización de estudios mas complejos como la magnetoencefalografía (MEG) o la resonancia magnética funcional (MRIf), si el especialista lo considera oportuno.

 Por supuesto, como en todos los protocolos de evaluación, habrá que valerse de registros de observación sistemáticos, oportunidades de retest en distintos momentos significativos, pruebas baremadas para la edad y tipo de población a la que pertenezca el alumno, y en la medida de lo posible, de instrumentos que minimicen la posibilidad de error humano y del “efecto experimentador“, como por ejemplo pruebas computerizadas.

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    3 comentarios en «Cómo se evalúa el TDAH»

    1. Existe otra herramienta para la evaluación del TDAH, se llama AULA (parecido a vuestro grupo!) y es el test más avanzado para la medición objetiva de los síntomas del Trastorno. La prueba utiliza la realidad virtual para simular una clase escolar viva y orgánica y es la única prueba que mide directamente en el niño/a atención, actividad motriz e impulsividad. Se utiliza ya en muchos centros importantes, como por ejemplo Child Institute de Isabel Orjales, por nombrar una de las personas más influyentes del ámbito. El desarrollo y los estudios que avalan este test(1500 niños y niñas entre 6 y 16 años solo para el baremo, además de validez, sensibilidad, etc, todos realizados en España) hacen que sea la mejor opción científica y tecnológica para apoyar la evaluación clínica del TDAH. Para más información: http://www.aulanesplora.com Un saludo!!!

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    2. En efecto,Flavio, en nuestro Gabinete conocemos dicha herramienta y nos parece sumamente interesante; lástima que por el momento este tipo de desarrollos no puedan generalizarse al alcance de todas las economías familiares; sin embargo esperamos que con el tiempo esto cambie.¡Gracias por leernos!Un saludo

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